Antes del crack de 1929 uno de los nombres más emblemáticos de la historia de las finanzas, Rockefeller, escuchaba como su limpiabotas hablaba con soltura y agilidad sobre el mercado de valores. Cuentan que lo primero que hizo Rockefeller al quedar liberado por su limpiabotas fue ir a vender toda su cartera. De ahí se extrae la mítica frase bursátil “Cuando tu limpiabotas empiece a comprar acciones tu empieza a venderlo todo”. Lógicamente se usa la profesión de limpiabotas pero sería extrapolable a cualquier profesional no formado en la renta variable. Como ya pasó ante la anterior subida donde sobrepasó los 20.000 dólares, son decenas los mensajes de personas que me preguntan por el BITCOIN. En la anterior onda alcista mi posición era clarísima, la subida era excesivamente vertical pues la escalada de 1000 a 20.000 fue en un movimiento de euforia difícil de sostener. En esa ocasión el pronóstico fue como se predijo pues tuvo una fase correctiva que lo llevó a retroceder un 75% hasta tocar los poco más de 4.000 dólares en el mes de marzo para luego volver a superar los 18.000 dólares niveles en los que cotiza en el día de hoy. Esta recuperación del 450% del valor desde el mes de marzo hace que el producto financiero recupere el protagonismo entre los pequeños inversores que sueñan con rentabilidades maravillosas sin tener que hacer nada: Precaución. Son varios los comentarios que recibo de diferentes empresas que garantizan a su cliente un 10% mensual pase lo que pase en el producto. Si sí, lo han leído bien, hay quien asegura un 10% mensual y, lo que es más grave, hay quien se cree que semejante rentabilidad garantizada está exenta de riesgo: Precaución. A diferencia de la anterior onda alcista esta escalada a los 18.000 dólares se ha producido de manera más ordenada aunque no por eso está exenta de riesgo. Perseguir a cualquier activo financiero es peligrosísimo y nos puede acarrear profundas pérdidas. Actualmente es cierto que BITCOIN presenta una impecable tendencia alcista pero hay que tener en cuenta que su soporte de referencia se encuentra actualmente en los 12500 dólares lo cual quiere decir que si el BITCOIN corrigiera 5.000 dólares seguiría siendo alcista. Es importantísimo tener claro que nuestro de precio de compra, en cualquier activo, no es el nivel de referencia del Stop Loss, el nivel de referencia del Stop Loss siempre será el estadístico y eso nos obliga a comprar lo más cerca posible de los soportes y a vender lo más cerca posible de las resistencias. Con este escenario de sentido común no podemos extraer otra conclusión que comprar a estos precios, tan alejado del soporte y de su nivel de stop loss, es una auténtica locura.
Pero eso no pasa solo en el BITCOIN. Cuando se produce un impulso alcista importante en poco tiempo lo que ocurre es que las cotizaciones se alejan mucho de sus medias y, por consiguiente de su soportes lo cual quiere decir que es un momento perfecto para cometer errores. El momento actual de mercado es perfecto para ello. Nos encontramos diferentes ejemplos que nos ayudarán a entender esta coyuntura. El Santander cotiza en 2’35 mientras su nivel de soporte de referencia está en los 1’77 euros. Repsol cotiza en los 8’33 euros mientras su nivel de soporte está en los 6’37 euros y, por poner otro ejemplo de los muchos que hay, BBVA cotiza en 3’63 mientras su media se sitúa en 2’57. Como he comentado esas diferencias tan importantes nos obligan, si no estamos dentro del valor, a saber esperar y no desesperarse por no haber entrado en el valor antes de la subida y querer entrar ahora al precio que sea. Como buenos francotiradores bursátiles hemos de saber esperar la oportunidad. Esta espera puede ser larga y puede tantear el límite de nuestra paciencia pero es imprescindible controlarla ya que de no controlar la paciencia la pérdida económica está asegurada. Siempre digo a mis alumnos que hay una gran virtud que pocos saben desarrollar, la capacidad de no hacer nada. La capacidad de no impacientarse y de saber esperar el momento en el que el gráfico nos habla, nos reclama para hacer la operación. Este lujo llamado espera nos lo podemos permitir porque la ausencia de costes fijos y la absoluta liquidez que nos permite el mercado hace no necesitemos imperiosamente ganar si o sí. Podemos madurar decisiones y actuar como un francotirador, apuntando y seleccionando bien la bala. Ahora mismo es momento de esperar, llegará de nuevo la oportunidad para quien se haya quedad fuera y, en ese momento, la duda no se podrá imponer, tocará disparar.

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